Ciudadanía Italiana por descendencia: nuevas reglas y su impacto en Sudamérica

Italia ha anunciado un cambio significativo en su legislación sobre ciudadanía, restringiendo el acceso para quienes desean obtener la nacionalidad italiana por descendencia. El nuevo decreto-ley, aprobado recientemente por el Consejo de Ministros, establece que solo podrán solicitar la ciudadanía aquellas personas nacidas y residentes en el extranjero que tengan al menos un padre, madre, abuelo o abuela nacido en Italia.

Un cambio clave en la política migratoria italiana

Hasta ahora, no existía un límite generacional definido: bastaba con probar un vínculo con un antepasado nacido en Italia después de 1861, año de la unificación del país. Esta flexibilidad permitió que millones de descendientes de italianos, especialmente en América Latina, accedieran al pasaporte europeo. Solo en 2023, por ejemplo, más de 30.000 argentinos obtuvieron la ciudadanía italiana.

Con la nueva norma, se busca establecer criterios más estrictos y frenar lo que el gobierno considera un uso abusivo del sistema. “La ciudadanía debe ser algo serio”, declaró el ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Tajani, al presentar la medida. Las autoridades italianas también informaron que el cambio no afectará a quienes ya hayan sido reconocidos como ciudadanos italianos.

Excepciones y transición

La reforma incluye una cláusula transitoria: quienes inicien su trámite antes del 27 de marzo de 2025 a la medianoche podrán seguir siendo evaluados bajo la normativa anterior. Además, se mantiene el principio de ius sanguinis (derecho de sangre), pero limitado a dos generaciones.

Otra novedad es que las solicitudes dejarán de tramitarse en los consulados. En su lugar, una nueva oficina en Roma centralizará todos los procesos. Según el gobierno de Giorgia Meloni, esta medida busca aliviar la carga de trabajo de los consulados para que puedan concentrarse en atender a los ciudadanos ya reconocidos.

Nuevos requisitos y condiciones

La reforma también incluye una serie de condiciones para mantener o acceder a la ciudadanía italiana:

  • Quienes hayan nacido fuera de Italia deberán registrar su partida de nacimiento antes de cumplir 25 años.
  • Los descendientes de italianos nacerán ciudadanos automáticamente si nacen en Italia o si uno de sus padres ha residido al menos dos años seguidos en el país antes de su nacimiento.
  • Los hijos de ciudadanos italianos por descendencia podrán adquirir la nacionalidad si viven al menos dos años en Italia (si no nacieron allí).
  • Los ciudadanos italianos en el extranjero deberán ejercer alguno de sus derechos y deberes —como votar, renovar pasaporte o pagar impuestos— al menos una vez cada 25 años.

Impacto en América del Sur

Esta decisión afectará de manera directa a países como Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela, donde viven millones de descendientes de inmigrantes italianos. Entre 2014 y 2024, el número de ciudadanos italianos residentes en el exterior pasó de 4,6 millones a 6,4 millones, un crecimiento del 40%. En Argentina, por ejemplo, las solicitudes aumentaron de 20.000 en 2023 a 30.000 en 2024; en Brasil, de 14.000 en 2022 a 20.000 en 2024; y en Venezuela se reconocieron casi 8.000 ciudadanías italianas solo en 2024.

El gobierno italiano estima que entre 60 y 80 millones de personas en todo el mundo podrían solicitar la ciudadanía bajo la legislación anterior, lo que representa una presión significativa sobre el sistema consular italiano.

Con estas reformas, Italia busca modernizar y racionalizar su política de ciudadanía, alineándose con otros países europeos y estableciendo un vínculo más directo y tangible entre los solicitantes y el país. Si bien la medida apunta a reducir abusos y descongestionar el sistema, también marca un cambio importante para millones de personas en América Latina que veían en la ciudadanía italiana una puerta de entrada a Europa. El tiempo dirá cuál será el impacto final de estas reformas y cómo se reorganizarán las comunidades italianas en el extranjero.